domingo, 24 de marzo de 2013

Monografia de la Provincia de Castilla: AVENTURAS DE UN CAPITÁN

Monografia de la Provincia de Castilla: AVENTURAS DE UN CAPITÁN:

Decía el capitán que había un lindo jardín al extremo de su pueblo y que se hacía notar por la abundancia de flores, y que en la primavera semejaba un ramillete de flores preciosas.
La hija del dueño de este jardín, decía el capitán, se llamaba Laura y nos amábamos desde la niñez; por consiguiente éramos novios.
Ella tenía 18 años. ¡Cuántas rosas en sus mejillas! Tantas como flores en su jardín. Fue en el jardín un día que le dije: - Laura; mi Laura, qué felicidad para mí el día de nuestra boda.
Todo en ella sonreía: sus cabellos que jugaban con el viento, su talle, su pie pequeño abrigado por baratísimo calzado, sus manos que cojían las ramas para aspirar el perfume de las flores, su frente pura, sus dientes blancos entre sus labios rojos, oh qué linda era Laura. Yo la amaba mucho.
-Nuestra boda será pronto, me dijo, si el teniente Dinator, que viene a reclutar gente, no le toma para soldado.
Cuando llegó Dinator, encendí una luz a la vírgen; me escondí, porque la idea de irme lejos de Laura me destrozaba el corazón: Sentí la música, me contaron las proclamas del teniente reclutador y mi corazón ardió de patriotismo. Pensé un día entero; y después me dije, amo a Laura, nada tengo que darle, sino mucho amor, pero esto es poco, debo darle más y ese más lo conseguiré, si la suerte me acompaña yendo al norte. Nuestro ejército va de victoria en victoria. Hoy soy un pobre muchacho: ¿Por qué no me junto a él para obtener una parte de esas glorias y ofrecerlas a Laura?
Muchos eran los conocidos acuartelados voluntariamente y me incorporé entre ellos. Carlos, mi hermano de leche, con quien nos habíamos críado juntos, quiso hacer otro tanto al verme, pero tenía su madre, y lo hice desistir de su idea; si tú murieras en la guerra, haces falta; mientras que yo soy huérfano, debes quedarte para el cuidado de tu madre y también para que visites y consueles a mi Laura hasta que yo vuelva.





AVENTURAS DE UN CAPITÁN (continuación)... - Está bien, hermano mío, me dijo, yo cuidaré de los dos, sobre todo de tu novia, y se impresio...

viernes, 22 de marzo de 2013

(continuación)

¡Por la derecha, por la izquierda! viva Chile! estamos en la cumbre del morro Solar. ¿Eres tú aún, Luis?
-Sí, mi comandante.
-Coloca un galón a tu kepí.
-Un millón de gracias mi comandante, y además hasta Lima.
Truena el cañón a las puertas de la orgullosa capital. Adelante, adelante, por la derecha, por la izquierda a paso de carga.

¿Quién era el que saltó aquella muralla?
_¡Yo, mi comandante.
-¡Siempre tú, capitán!
Me hizo capitán. Alabado sea Dios.
¡Yo capitán! Laura! Laura, mi Laura, va a estar orgullosa de mí.
La campaña ha terminado; tengo mi licencia. El camino hasta Chile es largo, pero la esperanza va lejos. Allá detras de aquellos mares está Chile y mi pueblo.
¡Suenen las campanas para nuestra boda!
Llegó en el mes de las flores y sin embargo no percibo el ramo florido que Laura acostumbraba darme en otros días más dichosos.
Había concluído el jardín por dejación de su cuidadora, sus ramas dispersas yacían por el suelo. Habían concluído las flores de mis jóvenes ternuras.

-¿Por qué repican Ernesto?
-Para una boda señor capitán. Ernesto ya no me reconocía. ¿Una boda? Ernesto decir la verdad. Los novios subían las gradas de la iglesia. La novia era Laura, mi Laura, alegre y risueña y más bella que en otros tiempos, subía las gradas con una sonrisa encantadora. Carlos mi encargado, mi hermano de leche era el novio. A mi alrededor las personas decían: Se aman mucho, se aman mucho.
-¿Y Laura olvidó a Luis?, pregunté.
¿Qué Luis? Capitán, me respondieron.
Me habían olvidado en mi pueblo, no solamente Laura que tanto lloró mi partida al norte.
Me olvidó Laura. Mi hermano de leche me traicionó.
Yo perdoné a ambos.
_________________
Antonio Urquieta, Recuerdos de la vida de campaña de la Guerra del Pacífico, Imprenta Calle Juárez, Santiago, 1 909, tomo II, pp. 92 - 97.
Selección de Paz Larraín Mira y Ángel Soto, Anécdotas de la Guerra del Pacífico.

jueves, 21 de marzo de 2013

AVENTURAS DE UN CAPITÁN


AVENTURAS DE UN CAPITÁN

(continuación)... - Está bien, hermano mío, me dijo, yo cuidaré de los dos, sobre todo de tu novia, y se impresionó haciendo algunos pucheros.
Fui a ver a Laura y esta se sorprendió al verme vestido de soldado. -Voy al norte le dije, a buscar mucho para tí, si la suerte me acompaña, como lo creo. Laura lloró mucho; jamás la había visto llorar, sus lágrimas eran más bellas que su sonrisa.
Ella medijo: -Ve en defensa de la patria, yo te esperaré con mi corazón fiel y cariñoso, y a la vuelta Dios bendecirá nuestra unión. No demores, y baño su rostro en lágrimas.

¡Por la derecha, por la izquierda, paso de carga! Adelante, marchen. Así se anduvo hasta Tacna.
¡Luis, me dije, mantente firme! Hé ahí el enemigo. Ví una línea de fuego.
Había una infinidad de cañones que tronaban a la vez y un humo que oprimía el pecho; sangre donde el pie se hundía. Tuve miedo y miré para atrás; atrás vi a los oficiales que animaban la tropa.

Terminó la batalla, tomamos a Tacna. ¡Alabado sea Dios! ¡Heme aquí, valiente!
Adelante, adelante; siempre adelante. ¡Por la derecha! ¡ Por la izquierda! Apunten, fuego. ¡A la bayoneta! ¡Ah! Va bien este muchacho, ¿cómo te llamas?
-Mi comandante, me llamo Luis.
-Luis, te hago cabo.
¡Cabo! Oh, mi Laura. Cabo.