Por Jorge Isaac Febres Cateriano
Decía muy puesto en sí
un ladino camanejo:
- Soy camanejo y no cejo,
que la cosa pasó así:-
En tumultuoso tropel
la gente se arremolina
en torno de la cantina
de
Casi cumplido su anhelo
beben con ánimo loco
porque ya les falta poco
para llegar hasta el cielo.
Tan poco, que se creía
que se podía de sobra
acabar la magna obra
la tarde del mismo día.
Al cabo de poco rato
el Arquitecto impaciente
ordenó vuelva la gente
al trabajo de inmediato.
Cada cual coge su pica
y con creciente entusiasmo
que a los cielos daba pasmo
a su tarea se aplica.
De pronto, para su mal,
en lo mejor del trabajo,
tocando con el atajo
de la falta de material.
Exclama, con ronca voz,
el capataz desde arriba:
- Albricias, muchachos, viva,
ya estamos cerca de Dios!
De la celeste mansión
percibo ya el claro brillo
y solo falta un ladrillo
para tocar el portón.
En el plinto está San Pedro,
digo, Miguel con su espada,
pero no me asusta nada
ni ante vestiglos me arredro.
Un ladrillo, por favor,
dame presto, que estoy falto,
para tomar por asalto
el baluarte del Señor!
- Imposible, ya no hay más,
le responden los de abajo.
- ¡Pues saquen el de debajo!,
que el caso urge por demás.
Entonces, sin dilación,
un oficial, de la base
porque la empresa acabase
mandó sacar un pedrón.
Después de rudo trabajo
en remover el cimiento
con estrépito violento
Al desastre sobrevino
una enorme confusión
marchándose en dispersión
cada cual por su camino.
Los diarios de Ur y Belén
al otro día dijeron
que entre muertos recogieron
y heridos más de mil cien.
Así terminó entre duelos
empresa tan gigantesca
que dejan más que grotesca
los modernos rascacielos.
Arequipa, 14 de enero de 2011.
Lee la Biblia. La mayoría de mis poesías se basan en este libro, que encierra la palabra de Dios. Leer y comprender, es lo más hermoso, pues le da mucho gozo a tu entristecido corazón. Estos bellos poemas, darán paz y tranquilidad a tu espíritu. Demos Siempre gracias a Jesucristo Nuestro único Salvador.
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