viernes, 30 de marzo de 2012

monografía de la provincia de castilla



HIJOS ILUSTRES DE LA PROVINCIA DE CASTILLA
Mariano Rodríguez Olmedo
Nació en el Valle de Majes, hijo de don Andrés Rodríguez Olmedo y de doña Victoria Martínez del Pino. Familiar del ILMO Señor de PAMPLONA, pasó a España y, en Alcalá de Henares, siguió sus estudios hasta conseguir el grado en Teología. Regreso nombrado Racionero Medio de la Metropolitana de Charcas donde fue ordenado a su título. Luego vuelve a España y es consagrado Obispo de Puerto Rico. En 1825 fue trasladado al Arzobispado de Cuba, habiendo cesado en 1 830 por su  muerte.
11
Jorge Isaac Febres Cateriano

Isidoro Cervantes
Religioso mercedario que secundó la revolución de Pumacahua en 1 814, nacido en el Valle de Majes.
Felipe Antonio de la Torre y Campos
Nació en el Valle de Majes del partido de Camaná, perteneciente a la antigua intendencia de Arequipa. Fueron sus padres el coronel D. Manuel de la Torre y Doña Ventura Campos. Fue Vocal fundador y presidente de la Corte Superior de Justicia de Arequipa. Falleció el 23 de diciembre de 1 827, el mismo año en que fue nombrado Vocal y Presidente, a los 61 años de edad. Otorgó testamento el 22 de junio de 1 825 ante el notario don José N. Rivera.
Pedro Antonio de la Torre y Luna Pizarro
Nació el 17 de enero de 1 801 en el Valle de Majes, siendo sus padres el Dr. D. Felipe Antonio de la Torre y Da. Bárbara Josefa Luna Pizarro y Pacheco. Fue sobrino carnal del ilustre arequipeño D. D. Francisco Javier de Luna Pizarro y hermano político del General Manuel Ignacio de Vivanco, quien fue presidente del Perú.
Muy inteligente, hizo carrera brillante desde muy joven; gran escritor y funcionario del Ministerio de Hacienda. Notable diplomático llegó a ser Ministro Plenipotenciario del Perú en Bolivia en 1 831. En 1 835 es nombrado contador general de Hacienda. Estando de Ministro de Hacienda en 1836, lo nombraron vocal titular de la Corte Superior de Arequipa, y después prefecto del departamento.
Instalada la Corte Suprema en la histórica ciudad del Cuzco, cuando Santa Cruz en 1 839 y después de la batalla
12
Monografía de la Provincia de Castilla IV

de Yungay que dio término a la Confederación Perú-Boliviana, se retiró de la vida pública y abrió su estudio profesional de abogado en Arequipa. Falleció prematuramente en esta ciudad el 22 de julio de 1 843.
Aníbal Víctor de la Torre
Nació en 1 827, hijo del anterior, fue también abogado titulado el 21 de diciembre de 1 853. Al año siguiente acompañó a Castilla en la expedición revolucionaria que hizo de Arequipa al Cuzco, y fue quien firmó, por ausencia del Secretario General, el Decreto Supremo de la creación de la provincia, cuna de sus mayores, el memorable día 21 de marzo de 1 854.
Jurisconsulto y Diplomático de grandes dotes, fue nombrado vocal en Trujillo el 15 de octubre de 1855. Prefecto de La Libertad en 1870. Ministro en Bolivia en 1872. Ministro de Relaciones Exteriores en 1 875; Vocal de la Corte Superior de Lima el 76; y Ministro en Brasil, se trasladó a Argentina donde falleció en 1881.
Mateo Morán
Capitán del ejército que murió gloriosamente en la batalla del Portete de Tarqui. Nació en Huancarqui.
Constantino Morán
Coronel del ejército, majeño. Desempeñó importantes cargos hasta poco después de 1 810. Era nieto del héroe Mateo Morán.


13
Jorge Isaac Febres Cateriano

Manuel Rodríguez
Nació en Pampacolca. De limpia foja de servicios. Desempeñó varias veces el cargo de Ministro de Fomento cuando estuvo al frente de dicho portafolio. Falleció hace pocos años.
Gerardo Dianderas
Natural de Viraco, coronel del ejército. Fue director del Servicio Geográfico del Ejército y del Instituto Geográfico de San Marcos. Autor de varias e importantes obras científicas de su especialidad. Sus conocimientos astronómicos-geodésicos lo colocan a la cabeza de todos los que en el Perú se dedicaron a ello.
Concurrió como representante delegado del Instituto Geográfico Militar del Gobierno del Perú, acompañado del Teniente Coronel Manuel Suárez García, a la Conferencia científica que se celebró en Londres. Falleció recientemente.
La falta de archivos en Majes nos priva de ser más prolijos en la biografía de  nuestros hombres ilustres, labor que los majeños castillanos tenemos la obligación de efectuar.
CULTURA
En la provincia no existe, ninguna sociedad o institución dedicada a la cultura. No se realizan conferencias ni manifestaciones del intelecto, menos sobre agricultura que es la principal actividad en la zona. La única actividad intelectual ha sido la publicación de algunos periódicos, generalmente con motivo político como: “Germinal”, periodiquito informativo que duró poco tiempo, “La Voz de
14
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Castilla” y “Ecos de Castilla; habiendo sido director de este último, el autor de la presente monografía; los que aparecieron y terminaron en reducidos números.

ANDRÉS ZÚÑIGA  ZÚÑIGA
Nació en Querulpa el 12 de enero de 1 891 y dejó de existir físicamente el 4 de febrero de 1975. Concluyó sus estudios en el Colegio Nacional de la Independencia Americana, con el primer puesto, teniendo, entre otros, como compañero de clase al poeta César “Atahualpa” Rodríguez Olcay.
Siendo muy joven viaja a trabajar a las salitreras de Iquique (Chile) y, a su retorno, se establece como agricultor en su tierra natal, donde tiene ocho hijos: Rosa, Federico y Josefina Zúñiga Lazo, Francisco Zúñiga Carpio, y Luís, Oscar, Adolfo y María Esther Zúñiga Rosas. La viuda Esther Rosas sobrevive.
Hombre culto, de genio fuerte y carácter amable y conversador; mantuvo gran amistad con intelectuales como José María Morante Maldonado, Javier de Belaunde y Ruiz de Somocurcio, Vladimiro Bermejo Quiroga y Eloy Linares Málaga; todos ellos famosos historiadores, de quienes recibió importantes ilustraciones, y con quienes compartió el amor a la Patria y su preocupación por su historia y futuro, aspectos que se reflejan en su pequeña obra: “Castilla, la Patria Chica, dada a la publicidad, por sus descendientes, como un homenaje a la Provincia en su sesquicentenario (2004) de su creación, gracias al Libertador Don Ramón Castilla y Marquesado.
15
Jorge Isaac Febres Cateriano

La obra de Don Andrés Zúñiga Z., es básicamente una descripción del valle de Majes, desde su aspecto geográfico y primeros asentamientos humanos, hasta el proceso que se inicia con la Conquista y termina en  la República convulsionada, en la que Majes tiene un papel importante y que da lugar a su creación como provincia.
“Don Andrés Zúñiga  Zúñiga, quien con verdadera vocación de servicio demostrada al cumplir cabalmente diferentes cargos en la provincia, en cada una de sus páginas, no solamente demuestra el conocimiento físico e histórico de Castilla, sino que, con evidente amor a la Patria Chica, la va mostrando en su pasado y presente para augurarle un futuro dentro de la Patria Grande, resaltando sus valores, recordando a sus hijos ilustres y describiendo, con sentimental tono poético, a los que él llama los reyes del Ande y del Río” (Eduardo Ugarte y Chocano, Emitir).
Don Andrés Zúñiga Z., fue el primer alcalde elegido de Aplao, director de la revista “Evolución, presidente de la Beneficencia Pública, subprefecto de la Provincia, presidente de la Sociedad Agrícola de Castilla, Inspector de Caminos y Socio Fundador del Club Sport Perú de Aplao, entre otros cargos. Además fue un ferviente aprista, y amigo de su adalid Don Víctor Raúl Haya de la Torre.
Pinceladas de su Obra
Vamos a fructificarle una deferencia postrera a Don Andrés Zúñiga y Zúñiga, perpetuando algunos pasajes de su pequeña, pero atrayente Obra ya citada: “CASTILLA, La Patria Chica”. Mi padre Zacarías J. Febres Zúñiga, mensuró unos terrenos de don Andrés, en la parte baja del Valle de Majes, ocasión que me sumó para conocer a tan distinguido personaje.
16
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Fuentes Termales y Minerales
Para describirlas, nos indica Zúñiga, no podemos prescindir del estudio que realizó de ellas, el sabio italiano Don Antonio Raimondi en su viaje a esta provincia de Castilla, por el año 1 865, y que en su famoso libro “EL PERÚ” escribe:
Baños Termales de Taparza
A unas dos leguas al Este de la población de Viraco, que es la capital de un distrito, y en una estrecha encajonada quebradita, bañada por un arroyo que baja de las faldas del colosal “Coropuna”, se hallan algunos manantiales de agua termal sulfurosa, que se conocen con el nombre de Baños de Taparza.
El agua termal de Taparza en distintos puntos tienen grietas, es una roca arenisca compacta y algo metamórfica, dispuesta en capas inclinadas de 60º a 65º Centígrados en la orilla izquierda del arroyo que baña la quebradita.
El agua termal de Taparza despide un fuerte olor a gas sulfhídrico (a huevos podridos), que es percibido desde lejos.
El agua a la salida del terreno tiene en este manantial la temperatura de 46.6º C y en la poza de forma circular, que sirve de baño, señala el termómetro una temperatura de 44º C.
Agua ferruginosa de Viques
Saliendo del pueblo de Viraco, (que como he dicho pertenece a la provincia de Castilla), subiendo hacia el NNO por el camino que conduce a Chachas, después de unos
17
Jorge Isaac Febres Cateriano

tres cuartos de legua, se llega a un lugar un poco llano donde existe una castiza y que es conocido con el nombre de Viques. Allí se presenta a la vista un depósito de tierra colorada formada casi de óxido de hierro (FeO), y un manantial de agua termal, que brota debajo de una peña de conglomerado traquíteo y reunida en una acequia atraviesa la pampa para entrar al riachuelo que pasa al pie de Viraco. Esta agua tiene una temperatura de 26º C y sale en bastante cantidad.
En el manantial el agua es transparente, y no se nota depósito alguno, porque estando dicha agua cargada de ácido carbónico, el hierro queda en disolución en el estado de carbonato (sal). Pero a pocos pasos del manantial se nota en el fondo de la acequia, por donde corre un depósito rojizo de óxido de fierro (o hierro), por haberse desprendido una parte de ácido carbónico que lo mantenía disuelto.
Baños de Antaura
A unas cuatro leguas casi al oeste del pueblo de Viraco y cerca del límite de la provincia de Castilla con la de La Unión (Cotahuasi), se halla la hacienda de Antaura, y como a una legua de ésta última, hacia el pueblo de Salamanca, se encuentran los baños termales de Antaura. La constitución geológica del lugar es enteramente volcánica, observándose rocas traquíticas por todas partes. El agua termal sale de esta misma roca y corre unos pasos para entrar en la poza que sirve de baño.
El agua mineral de Antaura tiene mucha semejanza con la de Taparza, siendo sulfurosa como ésta última, y deposita una gran cantidad de azufre pulverulento, en el fondo del pequeño canal por donde corre. Su olor por consiguiente es de gas sulfhídrico.
18
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Su temperatura de 40.2º y en el baño 46.6º C. El manantial es muy abundante en agua y podría abastecer dos grandes pozas.
Entre los distritos de Viraco y Machaguay, existe también un manantial de agua termal similar a los anteriores, termal y sulfurosa. En el distrito de Orcopampa existen igualmente aguas termales cuya composición y especificaciones no han sido estudiadas aún; pero todas las descritas se usan y curan varias clases de enfermedades.
Hoy en día, en Huancarama (Orcopampa), existen dos pozas que utilizan los bañistas. Una descubierta, 45.5º C y la otra cerrada, cuya temperatura llega hasta los 50º C.
Baños de Chancharay
En valle de Majes y al sur del pueblo de Huancarqui, al pie de un elevado cerro rocoso vertical, brota el agua mineral de Chancharay, muy beneficiosa para enfermedades del estómago, y otras, pero la cualidad distintiva y original que posee un alto grado, es la de corregir la esterilidad de la mujer. Conocemos varios casos bien comprobados de personas conocidas, principalmente foráneas, que han acudido especialmente a tomar baños y beber el agua, y han conseguido el anhelado fruto de su generación, nos refiere Don Andrés Zúñiga Z., en su interesante obra.
El naturalista italiano Raimondi, en su diario de viajes y consignado en su libro “Perú”, nos imprime lo siguiente: “En los altos de la población de Pampacolca, cerca del nevado Coropuna, viven varios indios que se hallan segregados del mundo civilizado, y si alguna vez frecuentan lo poblado, es para traer un poco de leña. Conservan todavía sus hábitos primitivos y no hace muchos años que se les encontraron unos ídolos de barro, de los que uno
19
Jorge Isaac Febres Cateriano

figuraba un animal semejante a un becerro, y otro a una mujer con el abdomen muy abultado. Estos indios llevaban dichos ídolos a las faldas del gran nevado Coropuna y allí les tributaban una especie de culto”.
El primer vehículo automotor
Fue en verdad un acontecimiento estimulante y promisorio la llegada intempestiva, mucho antes de terminarse la carretera en construcción a Aplao en 1925, del primer camión traído a Majes por los señores Eduardo y Luís Alberto Belaunde y Romaña. No era para menos, Majes se veía encerrado, en larga espera de años, por obtener su comunicación vial con el exterior, para dar vida a su industria agrícola.
Por eso recibió con alborozo y aclamaciones, repique de campanas y cohetillos, al primer camión llegado, que significaba algo así como su liberación económica, su seguro porvenir. Aplao se declaró en fiesta general y al día siguiente se ofreció por las autoridades y pueblo todo, un banquete a los señores Belaunde, como testimonio de gratitud y afecto.
Curiosa anécdota
No está demás recordar, que a la media noche de aquel día, con el entusiasmo subido de punto, alguien propuso sacar el carro para ir hasta La Barranca, a saludar al subprefecto don Maurillo Lazo, y así lo hicieron. Llenándose el vehículo de gente, emprendió marcha, encontrando a poco trecho al médico Dr. Luís Felipe González Mendoza, que iba a caballo a atender a una enferma grave de parto y, a pesar de las protestas del mismo doctor, los excursionistas lo subieron en peso sobre el carro, y luego
20
Monografía de la Provincia de Castilla IV

siguieron adelante, llevando alegres a su médico en funciones de su profesión.
Al llegar a la única calle de La Barranca, con ruido atronador  agudos gritos de sus ocupantes con dos faroles que cegaban los ojos, los vecinos que asustados salían de sus casas, así como los familiares que atendían a la parturienta que la abandonaron saliendo precipitadamente para ver la terrible novedad.
Fotografía de  “CASTILLA: La Patria Chica”.

Primer Carricoche de don Manuel Mesones
Como fondo los célebres Ficus de la Plaza de Aplao
21
Jorge Isaac Febres Cateriano

Cuando penetró después el médico al dormitorio, se encontró con la grata sorpresa de que la enferma ya había salvado de golpe, con el susto atroz experimentado. Aquella regocijada noche un nuevo niño majeño rubricó con su advenimiento al mundo, los insospechados beneficios del moderno transporte.
Plaza de Abastos
Cuando el Dr. J. Miguel Roig Rivera representó como diputado suplente a la provincia de Castilla en 1 918, se consiguió una partida de S/. 6 000 destinada para la construcción de una plaza de abastos en Aplao; pero sólo durante la administración de la junta de gobierno de 1931 presidida por el Sr. David Samanes Ocampo, ordenó este señor que se entregara los fondos que permanecían depositados en la Caja de Depósito y Consignaciones a disposición de una junta local bajo la presidencia del subprefecto don Andrés Zúñiga Z., del alcalde don Ramón Zúñiga Ch. y del vecino notable don Rubén Rodríguez Silva, como tesorero.
En funciones la junta nombrada procedió a revisar la obra en terreno ofrecido por don Ramón Zúñiga Chirinos, en la avenida Centenario, la que fue entregada con techo y puertas de fierro al subprefecto Sr. Mogrovejo, que sucedió a don Andrés Zúñiga y Zúñiga. Posteriormente el concejo provincial presidido por don Zacarías J. Febres Zúñiga, terminó y estrenó la plaza de abastos en condiciones de servicio.
Plaza Buenos Aires, reloj y torre.
El subprefecto don Ernesto Tejeda en 1 937, se propuso rehacer la plaza principal de Aplao, cuyo aspecto parecía anticuado, dándole un moderno trazado que correspondiera
22
Monografía de la Provincia de Castilla IV

a su categoría; para lo que el ingeniero Sr. J. Miguel Gutiérrez, formuló un apropiado plano de conjunto, incluyendo la reconstrucción de la torre y fachada de la iglesia y desde luego un nuevo pedestal del monumento a Ramón Castilla, todo de acuerdo a un plan uniforme y armonioso.
Todo el pueblo apoyó el proyecto y contribuyó con sus erogaciones y donativos, pero como también se requería la ayuda oficial se constituyó la Junta de Predesocupados de Aplao, bajo la presidencia del alcalde provincial don Rubén Rodríguez Silva, que cooperaría con todos los medios a su alcance, y de esta manera, con decidido empeño, se emprendió la explanación de todo el campo, primeramente para dar a la plaza un nuevo nivel, y sucesivamente se reconstruyó la actual plaza Buenos Aires con su mismo nombre, porque no hay que olvidar la gratitud de la República Argentina, que nos donó su óbolo fraterno cuando el terremoto de 1 913.
El famoso reloj de la plaza de Aplao
Un muy filántropo majeño, agricultor de Huatiapa, don Nicolás Zúñiga R., hizo donación de un gran reloj público para la plaza y hubo que reedificar la torre de la iglesia a una altura proporcional a lo largo del péndulo y contrapeso del reloj. El ingeniero J. Miguel Gutiérrez proyectó y dirigió las técnicas de las obras, desinteresadamente sin cobro y honorarios, por cariño al valle de Majes, donde elaboró su primer proyecto profesional, la irrigación de Ongoro.
Ya esta iglesia no existe, debido a su deterioro producido por el último terremoto de junio del año 2 001. En cambio, se ha inaugurado, últimamente, un moderno edificio dedicado al culto cristiano.
23
Jorge Isaac Febres Cateriano

Antigua Iglesia de Aplao


Antiguo templo de Aplao, destruido por el terremoto del 23 de junio de 2001. Como se puede muy bien apreciar, tenía una artística fachada, pero ya los años pesaban sobre sus mal calculadas estructuras, además fue construida sobre la base de la anterior iglesia que era de adobe y piedras, sobre todo la elevada torre, que tenía una entrada muy estrecha y ofrecía muchos inconvenientes para dar cuerda al valioso reloj, obsequiado por el millonario don Nicolás Zúñiga R. de Huatipa. El coro era muy débil y ofrecía demasiado peligro a los valientes feligreses que se atrevian a subir. La campana mayor servía para llamar a reunón del pueblo, para los cultos religiosos y también para asistir temprano a nuestras labores escolares.

En la foto se encuentra Manuel Febres Cateriano, lado izquierdo y un amigo, posando por última vez, para el recuerdo. En esta Iglesia celebró su primera Misa el Padre (ahora Monseñor), Juan Tamo Tamo. Un sacerdote que laboró por diez años seguidos en nuestra Parroquia de San Pedro de Aplao. Seguidamente, el padre Tamo trabajo 10 años entre Characato y su tierra Pocci; después pasaría a Mollendo otros diez años, y para luego terminar con honores, su Apostolado en la Catedral de Arequipa. El referido Padre Tamo, a sus 88 años, cumple labor laudable, de estudio y meditación. Además, se encuentra terminando sus Memorias, que pronto emergerá a la divulgación.
24
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Folklore en el Valle de Majes
En el célebre libro de Andrés Zúñiga Z.,  “CASTILLA: La Patria Chica”, encontramos tres bellos fragmentos sobre nuestro folklore, que pasaremos a relatar, luego de un corto preludio.
Zúñiga, nos expresa que todas las manifestaciones folklóricas en el valle de Majes, son similares a las de otros valles de la costa, con la singularidad de que Majes no ha recibido la influencia de las razas negra ni amarilla. Se ha conservado aquí más puro, si cabe el término, el mestizaje indio-hispano, y como en las campiñas de Arequipa, campea en Majes el cholo peruano legítimo, sin ribetes ni resabios afroasiáticos. Por esto mismo el carácter del elemento medio majeño es pasivo y halagüeño. El serrano que se establece en Majes irá amoldándose lentamente a la psicología y costumbres del valle y sólo después de algunas generaciones dentro del medio, perderá su característica desconfiada, retraída, huraña y de manifiesta parquedad en sus relaciones.
1. La Pisa
Nos proponemos recordar la pisa de las uvas tal como la hemos presenciado de niños, hasta años recientes. Ya hemos expuesto que la principal industria del valle de Majes, fue el cultivo de la viña y elaboración de piscos y vinos, en sus sabrosísimas variedades.
En Marzo y abril de cada año se levantaba la vendimia o recolección de las uvas, y cuando quedaba lleno el  lagar con este tentador fruto, se procedía a la pisa, que venía a dar motivo a una fiesta nocturna familiar. A las seis de la tarde ya los peones designados estaban haciendo el lavado
25
Jorge Isaac Febres Cateriano

de sus pies en la acequia próxima. El patrón y su familia, muy diligentes, hacían preparativos para atender a las obligadas visitas de confianza que vendrían a acompañarlos.
El más guapo de los peones asume de capitán de la cuadrilla de pisadores y otro de ellos de cantor. Formados dentro del lagar, en sus respectivos sitios, inician la pisa, marcando primero el paso para desmenuzar, “matar” las uvas con los pies. Hecho esto, se volverán a formar y a la voz del capitán, el cantor con potente voz entonará su canción, con solemnidad y armonía, implorando la bendición del Hacedor en versos, mitad castellano y mitad quechua, y los demás pisadores responderán haciendo coro y dando fuertes patadas a un mismo ritmo impuesto por la recia voz y la enérgica patada del capitán.
Se escuchará entonces distintamente en las varoniles voces, la plegaria plena de ternura y unción emocionantes. Se ha establecido el clímax de la fiesta y el patrón vendrá solícito a ofrecer a los pisadores la primera copa de trago y renovar sus atenciones a las visitas. El cantor, con mayor seguridad, seguirá entonando una seleccionada variedad de canciones andinas para todos los gustos y situaciones, sin olvidar algunas con denuestos contra el mayordomo y seguirá subiendo de punto la pisa, mientras en las bodegas, los invitados serán obsequiados con comentarios sobre la cosecha.
Se acerca la medianoche y ya está en prensa la primera “tablonada” de uvas; es la hora en la que los pisadores deben tomar la reconfortante cena. Después del descanso volverán al lagar a hacer el repise para sacar el orujo, el mosto tinto de los hollejos y terminar la tarea.

26
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Volverán las canciones, ahora intencionadas, nostálgicas, más vibrantes; resonarán nítidas en el silencio de la tibia noche y los cerros repiten largamente el eco inconfundible e inolvidable de esta extraña y vetusta fiesta del agro majeño. Al día siguiente, el  mosto en las tinajas, con su olor tan peculiar, hinchará su masa al activo llamado de los fermentos, tal como el cosechero sentirá ensanchándosele el corazón al tierno influjo de saber cristalizados sus afanes de hombre del campo.
2. La seca
Con la primavera llega la abundancia de camarones en el río de Majes y también llega su época de estiaje. Los varios brazos del río disminuyen de caudal, y recogiéndose al brazo madre, ofrecen la mejor oportunidad para efectuar la seca, o sea secar artificialmente todo un brazo de agua para dejar en descubierto cantidad asombrosa de camarones, y señalado el día más apropiado, se reúnen algunos vecinos asociados a algunos peones y muchachos de labor y se dispone la operación.
“Descascaje” por allá, “remeajes” por otro lado, y la boca del cauce se cerrará a través con dos minúsculas pircas paralelas y con relleno de arena entre ambas. Al escurrirse toda el agua comenzará la recolección de los camarones en cantidad increíble. Se llenarán sacos de camarón que se transportarán a las casas para asarlo. Cerca de las orillas del río se prepararán los fritos, “ocopas”, escabeche, sargentos, y demás combinaciones culinarias, para terminar con el gran caldo de los mejores camarones. El rico vino se beberá en abundancia, con la alegría y exaltación propias del acontecimiento, y el festejo terminará en casa de alguno de los circunstantes.

27
Jorge Isaac Febres Cateriano

Pero esto era sólo antes, hasta ayer, pues ahora la Administración Técnica, los reglamentos, carné, puestos, kilos, trabas a la pesca y por último las denuncias, multas, sobornos y otros abusos, han roto bruscamente todo el encanto bucólico de nuestro querido río Majes.
3. Dos brotes del agro: Nadadores y Arreadores
No podemos dejar de mencionar dos tipos humanos bien definidos, forjados en el ambiente de la provincia, los que siempre nos han merecido justa admiración. El uno audaz, resuelto, dinámico y gallardo, el nadador, rey del río de Majes. El otro sobrio, sufrido, constante e incansable, el arreador de ganado, rey del Ande.
3.1 El nadador: “Rey del río de  Majes”
En época de avenidas el río de Majes, aumentaba de caudal, ciertos días en proporción inmensa, llegando a alcanzar su ancho varios cientos de metros. Antes que se construyera el puente estable de Punta Colorada y quedar bloqueado el andarivel, había que atravesar el río en una balsa. Era ésta, una tarima ligera apoyada sobre cuatro odres grandes de buey, de forma rectangular de 2 X 3 metros más o menos. A sus lados estaban fijados toletes con sus respectivos rústicos remos y llevaba amarrado en su extremo un cabo de cabuya, la veta, que servía para atracar. Los tripulaban dos remeros, de los cuales uno era el patrón, además de un “vetero” y un nadador para los casos de emergencia.
Cuando llegaban a la orilla del río  los viajeros contrataban el servicio de la balsa, e inmediatamente los balseros desensillaban los caballos o mulos, ataban las monturas y equipaje para acomodarlo en la balsa y entonces el nadador, de elástica musculatura y ánimo arrojado,
28
Monografía de la Provincia de Castilla IV

montado en el mejor caballo, se lanzaba al río conduciendo la caballada y luchaba a nado a grandes brazadas, entre los fuertes tumbos de la corriente, iba enfilando hacia la banda opuesta en pos de una remansa playa por donde poder salir. Mientras tanto la balsa ya cargada con los pasajeros, la tarima casi a ras del agua, los remeros en sus puestos, era empujada enérgicamente a la correntada y se deslizaba con soltura sobre las bullentes aguas. ¡Dale!... ¡Fuerte!... ¡Aguanta!... ¡Rápido!...
Los pasajeros con impasible y resignada serenidad, esperaban el término feliz de la travesía. Llegada la hora del atraque, el vetero saltaba a la orilla, y firme sujetaba con el cabo, la veta, el impulso de la balsa y con la ayuda de los nadadores, la remolcaba a sitio aparente para el desembarque. Volvía el color a los rostros y se dibujaba una nueva sonrisa en todos los semblantes.
Después vendría un ganadero a contratar nadadores, para hacer pasar el río una gran partida de ganado que debe embarcar en la caleta de Quilca (Camaná). Los nadadores rodearán todo el ganado junto al río en el sitio escogido y después de porfiado trabajo harán entrar el ganado al agua, lo conducirán a nado a través del río, contra toda clase de obstáculos y lo entregarán agrupado en la banda, en el sitio designado.
Pero, otro día excepcional, el río está de monte a monte y no habrá balsa, ni balseros, ni playas remansas. El río impera en toda su respetable grandeza. El panorama es único, formidable. Apenas, allá lejos, entre los encuentros de las correntadas, se distingue flotando las grandes cangras, esos hacinamientos de árboles, chilcas y carrizos que arrastra el río… sólo se percibe el ronco rumor de las aguas.
29
Jorge Isaac Febres Cateriano

Hay asuntos urgentes que arreglar en la banda opuesta y se necesita mandar papeles, dinero, consultas, etc. Y se busca a un nadador; se presenta un mozo recio y decidido para atravesar el río en tan críticas condiciones o circunstancias; cerca de la orilla recibe las instrucciones, cartas y dinero que envuelve cuidadosamente en su camisa, con la que rodea la cabeza a manera de turbante.
Sin más ropa que su truza  se acerca a la orilla, moja su mano derecha en el agua y se santigua piadoso para arrojarse al río, nadando expertamente para esquivar el peligro. Ha pasado  mucho rato que no se le puede ver, perdido entre las turbulentas ondas y la distancia. Horas más tarde, estará de vuelta con todos los encargos cumplidos, como si no hubiera hecho gran cosa. Este es el héroe anónimo que nuestra profunda admiración retrospectiva ha denominado: “Rey del río Majes”.
3.2 El arreador:”Rey del Ande”.
De los pueblos altos de la provincia, salían con frecuencia, pequeñas partidas de arreadores de ganado, que van por encargo, hacia los departamentos de Apurimac y Cuzco, a comprar ganado vacuno, para traerlo y dedicarlo al engorde. Después de largo penoso viaje en acémilas por la cordillera, recorren muchos poblados y quebradas comprando el ganado que necesitan, hasta completar el número y clase de reses, para emprender el retorno, juntando y arreando el ganado a cortas jornadas, venciendo no pocas dificultades y contratiempos propios de las dilatadas y agrestes rutas cordilleranas. Sufriendo las contingencias del mal tiempo, chaparrones, nevadas y ventiscas, con hambre y sed insatisfechos; frío y soledad, sin otro auxilio que la limitada provisión de la alforja, y sin

30
Monografía de la Provincia de Castilla IV

más equipaje personal que lo que escasamente puede llevar sobre la montura de su acémila. Si se le escapa alguna resabiada para volver a sus querencias, él la buscará seguro siguiendo sus huellas hasta encontrarla. Proseguirá su ruta al tardo paso del ganado, con paciente constancia extremada, hasta llegar a su recordado pueblo, donde lo esperan los brazos abiertos de los suyos. Este es el arreador serrano de Castilla y del Perú.

REMEMBRANZAS CASTILLANAS III

El Hombre que se mató de Borracho…
Con motivación de la llegada de mi hija Oriana, quien vino a pasar la Navidad, Año Nuevo y su cumpleaños, desde Madrid (España); hicimos reminiscencia de un caso por demás siniestro, que sucedió a un pobre hombre en el Valle de Majes – Uraca – Corire; exactamente, por esta estación Navideña y de fiestas de Año Nuevo, en las que la mayoría el pueblo, toma más licor de lo acostumbrado.
El caso sucedió algo más de treinta y tantos años, por la década de los 70s. Ocurre que don Manuel Perochena Pastor, agricultor y político (fue alcalde y subprefecto de la provincia de Castilla), elaboraba también, excelentes piscos de uva Italia, máximamente. Por lo tanto, poseía enormes tinajas de barro, y, su bodega, casi siempre, repleta de tan sabroso licor; establecía pues una ingente tentación, introducirse al prohibido recinto; sobre todo para uno de sus peones, que ni corto ni perezoso, se introdujo una de aquellas noches, por el techo de carrizos, paja y barro.
31
Jorge Isaac Febres Cateriano

Era una morrocotuda tinaja de 20 quintales de aguardiente, pero como no estaba llena, el infeliz, tomo un jarro para servirse, y por la oscuridad, perdió el equilibrio, precipitándose de cabeza hasta el fondo del recipiente, donde quedó macerado por varios días, hasta que por fin dieron con su fatal fondeadero.
Después  de  tremenda  sorpresa, el patrono Perochena, dio parte a la policía, y entre bromas, el sargento apodado “Huaccaycholo” (Cholo llorón), de 1 metro 90 de estatura, le aconsejó, como una de las mejores soluciones, desprenderse de inmediato del cadáver y luego… bidestilar en su falca o alambique, el corrompido pisco. Parece que así lo hizo, porque por un largo tiempo, dejamos de consumir pisco Italia, de tan sospechosa marca.
AFAMADO NADADOR DE RÍO EN APLAO
En Aplao, capital de la provincia de Castilla, en la década de los años cuarenta, época cuando el río Majes alcanzaba el mayor de los aforos, por lo tanto, arrastraba todos los puentes provisionales y también hasta los andariveles. Por aquel lapso, existía un nadador famoso, de nombre Anselmo Vigil, quien era muy solicitado para llevar y traer encargos urgentes.
Este musculoso personaje, alto y de fina contextura, se aseguraba en la cabeza, alrededor de la frente, todo lo valioso que alcanzaba transportar. Después de lanzarse al río, muy serenamente, procuraba mantener la cabeza erguida y trataba de avanzar pausadamente, dando brazadas largas, acompasadas, con mucho estilo y elegancia. Por supuesto, que sorteaba bien los remolinos y dejaba de esforzarse en los tumbos peligrosos; constituía por lo tanto un espectáculo digno de verlo y ponderarlo. Para mí que Vigil fue el verdadero “Rey del Río Majes”.
32
Monografía de la Provincia de Castilla IV

Alquimista que cambiaba el agua por vino
Cuando aún no existía la carretera al valle de Majes, acostumbraban visitarnos arrieros provenientes de nuestro vecino más cercano del mar (camanejos). Estos llevaban los “mejores” vinos de la hacienda de un tío, que además era paisano de los compradores.
Acontecía que cuando sorprendían al “sabido” agricultor, sin la dotación suficiente del espirituoso licor, para completar la carga; dicho señor no se hacía problemas, pues hacía cargar agua de la acequia más cercana, con los mismos compradores y mediante enjuagues y prácticas específicas elaboraba un riquísimo vino, delicia de los mejores catadores.
En una oportunidad, el tío les dio a probar un vino puro de uva, a tal punto que los tales compradores le exclamaron con deleite, que preferían llevar a su destino, del otro vino que elaboraba con algunas malas artes. La disculpa del carguío del agua, manifestaba el idóneo agricultor, servía para lavar los envases (odres) a fin de librarlo de algún mal aroma y/o sabor.
Así era antes en nuestro hermoso Valle. Otro señor del mismo pueblo, no sembraba uvas, o tenía muy escaso terreno para cultivarlas; pero eso sí, elaboraba un magnífico vinagre, que frecuentaba trasladarlo a varios lugares del sur del país, especialmente Arequipa, Puno y Cuzco. Las pipas o toneles casi siempre se hallaban muy cercanos a la acequia de su domicilio.
Por ese tiempo, vivía por el referido lugar, un “gringo” oriundo de Alemania, especialista enólogo, que tal vez, participaba de las extraordinarias e ilustradas recetas.
33

No hay comentarios:

Publicar un comentario